En un mundo cada vez más conectado, cuidar nuestra vida digital se ha convertido en una parte esencial de nuestro bienestar. Con esta idea en mente, AICAR ADICAE impartió recientemente una charla en el Centro de Convivencia de Mayores de Montañana, donde más de veinte personas participaron activamente en una sesión práctica sobre protección de datos, seguridad en la web y prevención del fraude digital.
Durante el encuentro, se abordaron dudas habituales, se compartieron experiencias reales y se realizó un test de autoevaluación online para medir los conocimientos en ciberseguridad (INCIBE: “Ponte a prueba: ¿Identificas fraudes fácilmente?”), que sirvió como base para un interesante debate entre los asistentes.
Pero, además, recientemente se ha presentado una guía práctica llena de consejos concretos —tanto digitales como de salud y bienestar en el entorno digital— diseñada para acompañar a consumidores en un uso más seguro y consciente de la tecnología. Esta guía, elaborada por AICAR ADICAE, ofrece recomendaciones claras y ejemplos reales sobre cómo protegerse frente a estafas actuales, mejorar nuestros hábitos online y entender por qué nuestros datos personales son un activo valioso.
¿Por qué es tan importante proteger nuestros datos personales?
En Internet dejamos una huella constante: qué buscamos, qué compramos, qué páginas visitamos. Son gestos que parecen insignificantes, pero juntos forman un retrato muy preciso de nuestras rutinas, gustos y hábitos. Y ese retrato tiene valor.
Como se explica en la guía, aceptar cookies sin pensar o entregar datos personales a la ligera puede abrir la puerta a publicidad invasiva, llamadas comerciales inesperadas o, en casos más graves, a fraudes o suplantaciones de identidad.
El mensaje que quedó claro en la charla es sencillo: cuantos menos datos entregamos, más control tenemos. Y, sobre todo, debemos saber con quién compartimos nuestras informaciones más sensibles.
El test de autoevaluación: aprender poniendo a prueba nuestros hábitos
Uno de los momentos más participativos de la jornada fue la realización conjunta del test de INCIBE sobre ciberseguridad. El cuestionario planteaba situaciones cotidianas: correos sospechosos, mensajes urgentes, contraseñas débiles, compras online y falsas promociones.
Tras cada pregunta, los participantes debatieron qué harían ellos y por qué, generándose un intercambio muy enriquecedor entre generaciones. Muchos descubrieron gestos que realizaban por costumbre, sin ser conscientes del riesgo, como:
- Abrir archivos adjuntos por rutina.
- Usar la misma contraseña para varios servicios.
- Confiar en mensajes que “parecen” oficiales.
- No comprobar quién está detrás de una llamada o anuncio digital.
Este ejercicio permitió comprender que la seguridad no consiste en saber de tecnología, sino en aplicar hábitos sencillos y prácticos.
Casos reales que nos recuerdan que cualquiera puede ser víctima
La guía presentada durante la charla incluye ejemplos reales de estafas que afectan especialmente a personas mayores, pero que pueden ocurrirle a cualquiera. Estos casos ayudan a identificar patrones comunes que usan los estafadores: urgencia, apariencia de profesionalidad, ofertas demasiado buenas o voces que imitan a personas de confianza.
Estafas por correo electrónico
Correos que copian perfectamente a entidades bancarias o empresas de transporte. No fallan en ortografía, sino en honestidad.
Clave: Nunca pulses enlaces directos; entra tú mismo en la web oficial.
Suplantación de voz mediante inteligencia artificial
Con apenas 30 segundos de audio, un delincuente puede imitar la voz de un familiar o de un empleado del banco.
Clave: Si te piden códigos o contraseñas por teléfono, cuelga y llama tú.
Ofertas irresistibles en Internet
Tiendas falsas, anuncios clonados, productos a precios imposibles.
Clave: Verifica siempre reseñas en fuentes externas y usa métodos de pago seguros.
Higiene digital: pequeños hábitos que marcan la diferencia
Uno de los bloques más destacados de la guía es el dedicado a la “higiene digital”. Igual que cuidamos nuestra salud con rutinas diarias, también podemos fortalecer nuestra seguridad con hábitos sencillos:
- Pensar antes de hacer clic.
- Usar contraseñas diferentes y seguras.
- Revisar permisos y configuraciones de apps.
- Cerrar sesión en equipos públicos o compartidos.
- Actualizar los dispositivos con frecuencia.
- Enseñar a familiares y amigos lo que vamos aprendiendo.
El objetivo no es vivir con miedo, sino con criterio. Tal como se destacó en la charla, la mejor defensa es detenerse un segundo antes de reaccionar.
Qué hacer si ya ha ocurrido
La guía también explica de forma clara cómo actuar si ya hemos caído en una estafa o sospechamos que estamos en riesgo:
- Mantener la calma.
- Contactar con el banco o proveedor afectado.
- Cambiar las contraseñas.
- Guardar pruebas: correos, capturas, mensajes.
- Denunciar ante Policía o Guardia Civil.
- Informar a la Agencia Española de Protección de Datos si se han usado datos personales.
En la charla se insistió en que sentirse culpable no ayuda: estas prácticas se basan en manipular emociones humanas que todos compartimos. Hablarlo y pedir ayuda es un acto de responsabilidad, no de debilidad.
Un aprendizaje para toda la comunidad
La sesión en el Centro de Convivencia de Mayores de Montañana dejó claro que la seguridad digital es un tema colectivo: cuanto más compartimos experiencias, dudas y consejos, más protegidos estamos todos.
Desde AICAR ADICAE continuaremos promoviendo actividades formativas, guías prácticas y espacios de acompañamiento para que cualquier consumidor —tenga la edad que tenga— pueda enfrentarse con confianza y criterio a los desafíos del mundo digital.
Porque la tecnología avanza, pero la mejor defensa sigue siendo la misma: personas informadas, críticas y conscientes.
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Adrián Juste
Delegado de Protección de Datos
